Suele suceder que nuestra relación con alguna entidad de la administración publica ha tenido un final infeliz: quizá una haya emitido una resolución administrativa que atente contra nuestros derechos, o peor aún, nos encontramos a la espera de que la emita, y pese a que ya trascurrió el plazo de ley, ni siquiera la notifica. También puede suceder que la administración está desarrollando actos que nos afectan, pero y que no se sustenta en un acto administrativo alguno.

Para todas estas situaciones existe el Proceso Contencioso Administrativo, área en la cual he desarrollado experiencia patrocinando empresas y personas. Claro, antes de acudir a la Jurisdicción Contenciosa Administrativa, evaluaremos una eventual afectación de derechos fundamentales, y si ello amerita acudir al proceso constitucional.